24 mayo, 2006

 

Jóvenes

Ayer estuvimos recorriendo Eucaliptus II, en el Valle de Jinámar. Tuvimos la ocasión de hablar con vecin@s y con dirigentes de la Asociación de Vecinos Armiches, conociendo los problemas del barrio.
Comentando la tarde, coincidimos en que lo realmente interesante fue el encuentro con un buen puñado de chicos y chicas, de gente joven. De distintas formas, lo que más reclamaban era atención. Realmente lo que estaban diciendo es que también querían un lugar en su barrio, que no tuvieran que irse fuera para pasar el rato, para hacer deportes o para encontrarse y poder realizar actividades.
El mensaje no es baladí. La situación de estos jóvenes, que no cuentan ni con una cancha en condiciones ni con un local que les permita realizar actividades y les ofrezca alternativas de ocio sano, es tanto como decirles que no caben en su barrio, que su ciudad no piensa en ellos y ellas. No es una realidad exclusiva de este barrio. Está demasiado extendida por Telde. La cuestión es que l@s jóvenes llevan demasiado tiempo sin ser tenidos en cuenta.
No creo que se trate de realizar "políticas para la juventud". Se trata de que en la planificación y en la gestión de la ciudad, los jóvenes, como otros colectivos, deben tener una presencia constante, en las propuestas y en el destino de la gestión.
Pues a pesar de esto, hay un rayito de esperanza. Hablando con este grupo de jóvenes, lo primero que nos plantearon fue poner unas porterías en la desconchada cancha y a continuación, uno de ellos fue corriendo a su casa y trajo un escrito solicitando esto mismo, pero acompañado por una cincuentena de firmas. Se estaban organizando para reclamar que los tuvieran en esta ciudad. Algo se mueve y desde luego no cabe defraudarlo.

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