06 octubre, 2006
¿Consenso ahora? ¿para qué?
Quedan 8 meses hasta las elecciones. En este periodo, en cualquier Ayuntamiento sólo se está pendiente de culminar los proyectos emprendidos a lo largo del mandato. En una situación normal sería un tiempo de inauguraciones.
Desde luego no es el momento de pensar en grandes proyectos de futuro, salvo que se trate de abrir el debate. Y es así por una sencilla razón. Los grandes proyectos, como podría ser un Plan General o el desarrollo de una zona determinada, no sólo deben contar con los votos necesarios. Deben ser abordados en debates y con una amplia participación de la ciudadanía. En todo caso, lo normal es que se abriera el debate que en este tiempo y, de forma especial, en el periodo electoral, para que cada partido acabe fijando sus posiciones como propuesta electoral.
Ese razonamiento sirve para una situación normal. Pero en Telde parece que todo va al revés. Hay un gobierno que durante los tres años y medio no ha trabajado, no ha hecho una sola obra, no ha cumplido los presupuestos, ha llevado un avance de Plan General por urgencia y sin debate previo ni posterior. Además, el gobierno se ha ido descomponiendo con las detenciones de concejalas por casos de corrupción. Y ahora, cuando no está claro si cuenta con los votos suficientes, se pretende hablar de apoyos y consensos para sacar adelante proyectos de gran envergadura. Es sencillamente algo que está entre la pantomima y la tomadura de pelo. O peor aún, en un intento desesperado de dejar amarrados compromisos que se saben que no se podrán cumplir tras las elecciones cuando pierdan el gobierno.
Pues desde mi punto de vista, cuando las cosas están en Telde en el punto de degradación en que se encuentra, no hay condiciones para ir más allá de aprobar un presupuesto para garantizar los pagos y garantizar los servicios a los ciudadanos y ciudadanas, y como mucho, tratar de solucionar el problema de las viviendas ilegales al amparo de la nueva ley.
Desde luego no es el momento de pensar en grandes proyectos de futuro, salvo que se trate de abrir el debate. Y es así por una sencilla razón. Los grandes proyectos, como podría ser un Plan General o el desarrollo de una zona determinada, no sólo deben contar con los votos necesarios. Deben ser abordados en debates y con una amplia participación de la ciudadanía. En todo caso, lo normal es que se abriera el debate que en este tiempo y, de forma especial, en el periodo electoral, para que cada partido acabe fijando sus posiciones como propuesta electoral.
Ese razonamiento sirve para una situación normal. Pero en Telde parece que todo va al revés. Hay un gobierno que durante los tres años y medio no ha trabajado, no ha hecho una sola obra, no ha cumplido los presupuestos, ha llevado un avance de Plan General por urgencia y sin debate previo ni posterior. Además, el gobierno se ha ido descomponiendo con las detenciones de concejalas por casos de corrupción. Y ahora, cuando no está claro si cuenta con los votos suficientes, se pretende hablar de apoyos y consensos para sacar adelante proyectos de gran envergadura. Es sencillamente algo que está entre la pantomima y la tomadura de pelo. O peor aún, en un intento desesperado de dejar amarrados compromisos que se saben que no se podrán cumplir tras las elecciones cuando pierdan el gobierno.
Pues desde mi punto de vista, cuando las cosas están en Telde en el punto de degradación en que se encuentra, no hay condiciones para ir más allá de aprobar un presupuesto para garantizar los pagos y garantizar los servicios a los ciudadanos y ciudadanas, y como mucho, tratar de solucionar el problema de las viviendas ilegales al amparo de la nueva ley.
Aún en el supuesto de que un rayo de sensatez y responsabilidad se hiciera presente entre los miembros del gobierno de PP y AFV-CIUCA y dimitiera el alcalde y el resto del gobierno, ocupando sus puestos los siguientes en las listas, en Telde ya no es tiempo de proyectos sino de detener la crisis. Los proyectos de futuro hay que dejarlos hasta que hablen los ciudadanos y las ciudadanas en mayo próximo.
