30 noviembre, 2006
Ley de Dependencia o la utilidad de la política
Hoy aprueba el parlamento español la conocida como Ley de Dependencia. Se viene denominando el cuarto pilar del estado del bienestar porque, junto a la Sanidad, la Educación y las Pensiones, viene a recoger un grado mayor de solidaridad de la sociedad con las personas.
Hoy son muchas las personas que por enfermedad, por discapacidad física o psíquica o por edad, dependen de otras para su vida diaria. En general, es un papel que ocupa una mujer de la familia, quien asume el papel de cuidadora. Por tanto, una ley que garantiza que las instituciones públicas asumen también el papel de cuidador, no sólo significa solidaridad hacia las personas dependientes. También con aquellas que dedican parte de su vida, en ocasiones toda ella, a cuidar a un familiar en estas condiciones.
La aprobación de esta ley por una amplia mayoría también significa que la política es útil para el avance de la sociedad. Y esto contrasta con el interés de algunos sectores que están empeñados, con todo el ruido que en los últimos tiempos se está montando en distintos frentes, en hacer de la política una actividad indigna.
En Canarias se calcula que puedan ser algo más de sesenta mil personas las que puedan beneficiarse de los efectos de esta Ley. Según los datos que conozco, en Telde puede ser cerca de 5 mil. Por tanto es una ley de solidaridad que va a servir mucho a mucha gente en nuestro entorno.
Hoy cabe felicitar al Ministerio de Trabajo por haber promovido esta Ley, pero también a las organizaciones que han contribuido a su mejora durante su trámite y a las fuerzas políticas que con sus aportaciones y su voto la harán posible hoy. Merece realmente la felicitación una sociedad que hace, con actos como éste, tangible la solidaridad.
Hoy son muchas las personas que por enfermedad, por discapacidad física o psíquica o por edad, dependen de otras para su vida diaria. En general, es un papel que ocupa una mujer de la familia, quien asume el papel de cuidadora. Por tanto, una ley que garantiza que las instituciones públicas asumen también el papel de cuidador, no sólo significa solidaridad hacia las personas dependientes. También con aquellas que dedican parte de su vida, en ocasiones toda ella, a cuidar a un familiar en estas condiciones.
La aprobación de esta ley por una amplia mayoría también significa que la política es útil para el avance de la sociedad. Y esto contrasta con el interés de algunos sectores que están empeñados, con todo el ruido que en los últimos tiempos se está montando en distintos frentes, en hacer de la política una actividad indigna.
En Canarias se calcula que puedan ser algo más de sesenta mil personas las que puedan beneficiarse de los efectos de esta Ley. Según los datos que conozco, en Telde puede ser cerca de 5 mil. Por tanto es una ley de solidaridad que va a servir mucho a mucha gente en nuestro entorno.
Hoy cabe felicitar al Ministerio de Trabajo por haber promovido esta Ley, pero también a las organizaciones que han contribuido a su mejora durante su trámite y a las fuerzas políticas que con sus aportaciones y su voto la harán posible hoy. Merece realmente la felicitación una sociedad que hace, con actos como éste, tangible la solidaridad.
