14 julio, 2006
libertad de expresión en entredicho en Telde
Es pilar esencial de la democracia. La consagra la Constitución, los derechos humanos.
Consustancial a la libertad de expresión es la pluralidad en la información y en la comunicación. Esto permite que todos los pareceres tengan la posibilidad de ser oídos, leídos o vistos. No se trata sólo de que cualquiera pueda decir lo que crea conveniente, sino de que todo el mundo tenga la posibilidad de decirlo.
La aparición de las nuevas tecnologías está permitiendo que se extienda, con una cierta velocidad, la posibilidad de acceso a mucha información a un sector amplio de la población, aunque aún lejos de la totalidad. También está haciendo posible oír más voces que, en los medios tradicionales como prensa, radio o televisión, apenas tienen cuota de participación.
Pero claro, no es raro que haya quien traspase los límites de la libertad de expresión. Estos límites están en el respeto al ordenamiento jurídico y a las personas, a su dignidad.
El otro aspecto de la libertad de expresión, la pluralidad, debe ser escrupulosamente cumplido especialmente por los medios de comunicación públicos, es decir, los que están sostenidos por los bolsillos de los ciudadanos y ciudadanas.
En Telde, los medios públicos, que son la radio y la televisión municipales, no cumplen el criterio de la pluralidad. Especialmente no la cumple la televisión municipal. Estos medios transmiten casi en exclusiva, además de actos y opiniones de ciudadanos y ciudadanas (que no está mal), todo lo que hace y dice el gobierno local. Pero no hay espacio alguno para que también conozca la ciudadanía que paga estos medios qué opinan o qué hacen los grupos políticos que también representan legítimamente a la mitad de los votantes de esta ciudad y que no están en el gobierno.
Además de este grave hecho, a principios de esta semana, una de las emisoras, Radio Cibelio, que, aún no estando sostenida con fondos públicos, sí que puede presumir de pluralidad, ha sido objeto de un boicot en sus emisiones. No es la primera vez que le sucede y todo apunta a que este hecho hay que sumarlo a esta situación que ya conocemos de medios que traspasan los límites de la libertad de expresión y medios públicos que están lejos de la pluralidad informativas. Ganan quienes están en el entorno del gobierno local y pierde el resto de la ciudad.
Con estos hechos, la libertad de expresión y la pluralidad en Telde están muy en entredicho. Menos mal que hay algunos medios que permiten una rendija.
Consustancial a la libertad de expresión es la pluralidad en la información y en la comunicación. Esto permite que todos los pareceres tengan la posibilidad de ser oídos, leídos o vistos. No se trata sólo de que cualquiera pueda decir lo que crea conveniente, sino de que todo el mundo tenga la posibilidad de decirlo.
La aparición de las nuevas tecnologías está permitiendo que se extienda, con una cierta velocidad, la posibilidad de acceso a mucha información a un sector amplio de la población, aunque aún lejos de la totalidad. También está haciendo posible oír más voces que, en los medios tradicionales como prensa, radio o televisión, apenas tienen cuota de participación.
Pero claro, no es raro que haya quien traspase los límites de la libertad de expresión. Estos límites están en el respeto al ordenamiento jurídico y a las personas, a su dignidad.
El otro aspecto de la libertad de expresión, la pluralidad, debe ser escrupulosamente cumplido especialmente por los medios de comunicación públicos, es decir, los que están sostenidos por los bolsillos de los ciudadanos y ciudadanas.
En Telde, los medios públicos, que son la radio y la televisión municipales, no cumplen el criterio de la pluralidad. Especialmente no la cumple la televisión municipal. Estos medios transmiten casi en exclusiva, además de actos y opiniones de ciudadanos y ciudadanas (que no está mal), todo lo que hace y dice el gobierno local. Pero no hay espacio alguno para que también conozca la ciudadanía que paga estos medios qué opinan o qué hacen los grupos políticos que también representan legítimamente a la mitad de los votantes de esta ciudad y que no están en el gobierno.
Además de este grave hecho, a principios de esta semana, una de las emisoras, Radio Cibelio, que, aún no estando sostenida con fondos públicos, sí que puede presumir de pluralidad, ha sido objeto de un boicot en sus emisiones. No es la primera vez que le sucede y todo apunta a que este hecho hay que sumarlo a esta situación que ya conocemos de medios que traspasan los límites de la libertad de expresión y medios públicos que están lejos de la pluralidad informativas. Ganan quienes están en el entorno del gobierno local y pierde el resto de la ciudad.
Con estos hechos, la libertad de expresión y la pluralidad en Telde están muy en entredicho. Menos mal que hay algunos medios que permiten una rendija.
