21 junio, 2006

 

¡Se acabaron las clases!

Hoy terminan las clases. Se quedan vacías las aulas de los colegios e institutos. Para muchos y muchas alumnas empieza un tiempo de descanso, de alivio en muchos casos. Para el profesorado se termina una dura tarea, aunque queda todavía, en la mayoría de los casos, todo el trabajo burocrático, el que no se ve pero hay que hacer y que a más de uno y una le pone de los nervios. Cuidado con los libros de escolaridad, que no haya equivocaciones…

Ahora, para muchos padres y, especialmente, para muchas madres sí que empieza un tiempo que viene marcado por las inevitables preguntas ¿qué hago ahora con los niños? ¿dónde los dejo para ir a trabajar?

Las familias en las que padre y madre trabajan tienen que inventar soluciones para dejar a sus hijos cuando son pequeños. Aquí abuelas, tías, vecinas o hermanos mayores, realizan una función social que muchas veces no se aprecia. Y es un problema que cada vez más tienen muchas familias. No sólo cuando llegan las vacaciones, sino durante el curso buena parte de la tarde, desde que termina la jornada escolar de los niños hasta que acaba el trabajo de los padres y madres.

También supone un problema a resolver el de la escolarización de niños y niñas de 0 a 3 años. ¡Qué problema cuando no tienes a nadie cerca que se haga cargo de tu bebé para ir a trabajar!

Los cambios en las familias, con los padres y madres trabajando, o con familias monoparentales, crean nuevas necesidades. Solucionado el problema de la escolarización hay que plantearse objetivos en este ámbito social, que liberen de carga, fundamentalmente a las abuelas, y alivien la angustia en que entran hoy muchas familias. Actividades durante la tarde, escolarización de 0 a 3 años, actividades desde que terminan las clases y durante el verano, tienen que formar ya una oferta cada vez más amplia y que está a caballo entre la labor educativa y la social.

En esto hay que trabajar para hacer posible que la llegada de las vacaciones escolares no suponga doble trabajo y angustia para las familias.

De todas formas, sí que quiero desearle al alumnado que pueda disfrutar de un feliz verano.

Al profesorado, mis compañeros y compañeras de profesión, les queda poco para poder descansar (si no toca tribunal o es cargo directivo), que bien merecido que lo tienen. Espero que puedan disfrutar y cargar las pilas para el próximo curso. Sé que algunos y algunas ya cuelgan la tiza este verano y, tras una larga carrera profesional, se jubilan. Mis más sinceras felicitaciones y agradecimiento por el trabajo hecho.

Las madres y padres espero que lleven lo mejor posible el cambio que empieza hoy y que puedan también disfrutar de las vacaciones con los retoños transitando por la casa en hora inusuales durante el curso.

Feliz verano.

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