12 junio, 2006

 

Olvidos, desinterés, desdén, apatía...

La semana pasada fue especialmente intensa en visita a barrios. De entre ellas, dos, por su extensión, fueron más fructíferas en cuanto al conocimiento de los problemas y de las preocupaciones de su gente. Siendo lugares muy distintos, en ambos casos aprecié dos cosas que compartían: la preocupación de los vecinos por las antenas de telefonía móvil y la sensación de abandono por parte del Ayuntamiento.
Me estoy refiriendo a Melenara-Clavellinas-Salinetas y al Lomo de las Brujas, en el Valle de Jinámar. Aunque también es verdad que la sensación de abandono es frecuente encontrarla por casi cualquier lugar de esta ciudad.
El abandono está a la vuelta de cada esquina. Cuelga de los arbustos abandonados, en forma de bolsas, papeles y basura. Está por las cunetas llenas de despojos, por los rincones descuidados, por muros desconchados que, en algunos casos, desafian la ley de la gravedad, vaticinando cualquier desgracia. Está en tapas de alcantarillas agujereadas, en canchas deportivas sin porterías ni canastas, llenas de baches, descuidadas... Está en la falta de espacios públicos que se puedan utilizar, en promesas de locales cívicos que no arrancan, en locales que podrían estar al uso para personas mayores, para jóvenes y que están cerrados a cal y canto. Está en árboles que hoy son testigos muertos de algo peor que el olvido.
El abandono, lo peor, es la sensación que más percibe una buena parte de los ciudadanos y ciudanas que uno se tropieza por las calles de estos barrios. El abando y un una lacónica expresion que parece decir "me han tomado el pelo". En algunos casos, bien de dirigentes vecinales, bien directamente de ciudadanos o ciudadanas, la expresión es de impotencia que se resume en "se lo hemos dicho doscientas veces y no nos hacen ni caso" mostrando el fajo de escritos dirigidos al Ayuntamiento en denuncia de uno de estos "descuidos" o demandando necesarias mejoras.
El abandono es lo que se siente cuando te miran y no te ven o les hablas y no te escuchan. Eso le pasa hoy en Telde a buena parte de nuestros barrio.
Lo más que duele no es que no hayan hecho las tantas obras presupuestadas, sino que no atiendan a las demandas de servicios y mantenimientos más inmediatos.
No puede ser buen gobierno el que no atiende a su gente.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?