31 agosto, 2006
Nuevo curso
Acaban las vacaciones. Empieza un nuevo curso. Para algunos se tratará de llevar hasta el final, que será allá por mayo, la que sin duda se ha convertido en la peor etapa política, económica y social de los últimos años. Todo por méritos propios. Por una suma de incapacidad, populismo, soberbia y, sobretodo, manos muy largas y ningún temor a la mentira.
Para otros es el momento de dar el acelerón final que permita que esta ciudad vaya por otros derroteros. Y en esto, aunque pueda haber coincidencia en algunos adejetivos y algunas intenciones, no es todo lo mismo.
Los y las socialistas, y mucha otra gente, sabe y, sobretodo quiere, que el cambio en Canarias está en marcha. Sabemos y trabajamos conscientes de que ese cambio de la política pasa porque también se produzcan cambios en las principales ciudades de nuestra comunidad y en las islas.
No es un trabajo fácil. Pero ya están sentadas las bases. El sorianismo, el cachorrerismo y otras fórmulas de ocupar el poder, que han impedido el progreso de estas islas y de sus ciudades y pueblos, está en fase terminal. A las socialistas y a los socialistas nos toca sustituir estas rémoras por proyectos que cuenten con las personas. Es imprescindible para nuestra tierra. Hay inteligencia. Hay ganas. Hay mucha gente.
En ese cambio para Canarias, Telde es pieza esencial. Es la hora de que dirija esta ciudad una fuerza política, el PSC-PSOE, que ha sido realmente la única voz política crítica que ha estado en frente del declive político y social, ahora también económico, de los últimos años.
No sirven disfraces. No sirven porque quienes pretenden travestirse ahora no pueden aportar nada nuevo a Telde. Son, sencillamente, los autores de los desmanes que han llevado a nuestra ciudad a estar ahora en sus horas más bajas. Y aunque el deterioro es hoy más evidente, sus orígenes, sus causas, arrancan de bastante atrás.
En Canarias, en Gran Canaria y en Telde, nos convoca la esperanz.
