14 junio, 2006

 

Aquí cabemos todos y todas

No es un tópico. Hoy más que nunca debe ser la respuesta a una situación insostenible.
El debate, animado nuevamente, que se produce en este blog es bueno. Pone de manifiesto los matices, las distintas esquinas desde la que cada cual está mirando ahora Telde y lo que aquí pasa.
El olvido y el desdén del Gobierno que siente mucha gente en cualquier barrio de nuestra ciudad es para algunos la demostración de que los partidos que lo forman nunca han tenido proyecto. Yo lo comparto. Tanto lo comparto, que cuando le propuse a la Comisión Ejecutiva Local del Partido en Telde no entrar en el Gobierno en julio de 2003, había dos cosas que resumían esta propuesta: no hemos visto el proyecto de ciudad por ninguna parte y "esta no es gente seria". No fue muy entendida por ese entonces esa decisión, pero, lamentablemente, el tiempo nos ha dado la razón.
Hoy la regeneración ética, el cambio real o como queramos llamarlo, es una necesidad para esta ciudad. A quienes hemos preferido mantener una posición ética, coherente, sin sucumbir a las tentaciones del poder a cambio de renunciar a la defensa real de los principios que nos constituyen como opción política, a los que no hemos gobernado en los últimos 15 años, nos toca ser pilotos preferentes de esa regeneración, porque no sólo se trata de acabar con este periodo de mal gobierno y corrupción. Se trata de acabar con la era de la soberbia en todas sus formas y manifestaciones.
Pues esa tarea hay que realizarla sumando voluntades. Todas aquellas que tengan en común cuatro valores que sólo cotizan en una sociedad sedienta de futuro: ética, austeridad, trabajo y diálogo.
Bien sé que éstos no son valores exclusivos de quienes militamos en el Partido Soalista. Ni tan siquiera de quienes simpaticen o se sientan de izquierda. Hoy en Telde, esta es una aspiración de gente de diversas sensibilidades y proceencias. Más aún, hasta de gente que acumula más de una decepción política.
Por eso mismo, ahora más que nunca, hay que evitar exclusines. Hay que hacer posible que en la tarea del cambio real tenga hueco toda aquella persona que pueda contribuir a que se produzca, no solo en caras, sino también en modos y en proyectos.
Pero este empeño tiene también una carga de futuro. Telde no puede seguir soportanto por más tiempo estar partido en dos partes absurdamente enfrentadas hasta el paroxismo más destructivo. Hay que labrar también un espacio común de entendemiento que, al margen de las discrepancias y debates que se deban mantener con la intensidad que fuere preciso, pemita que los partidos puedan hablar y entenderse sobre los asuntos fundamentales de los ciudanados y las ciudadanas.

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