José Antonio Perera, diario de una tarea para mejorar Telde

Pasado y futuro se encuentra. Estos días se cumplen sendos aniversarios dos de asuntos que, mirándolos bien, tienen relación entre sí y con la laboriosidad de la gente de esta ciudad. Ambos son enseñas de grandes empresas. Pero a la vez, ambos cumpleaños evocan momentos contrapuestos de los hitos a los que evocan.

Uno de los aniversarios, el decimotercero para ser más exacto, es el del desplome los Picachos, vestigio de un pasado industrial que marcó de forma evidente el devenir de Telde. Son restos de una actividad, la de la caña de azúcar, que tuvo una presencia destacada en la economía de esta ciudad. Hoy, después de estos años, conforman un icono de la desidia institucional, del descuido de nuestra historia.

Lo que sucede con los Picachos no es, lamentablemente, una excepción en el rico patrimonio histórico de Telde. Otros vestigios son pasto del olvido, recibiendo ocasionalmente atentados, incluso por responsables municipales, como ya sucedió con alguna cueva del barrio aborigen de Tara.

Los restos de los Picachos, desde que se desmoronaran, han visto pasar 7 años de gobierno nacionalista –que se arrogan el amor por la tierra en exclusiva- y cuatro años de gobierno conservador, que presumía del nacimiento en tierras de Telde de sus miembros, frente a otros, nacidos fuera de esta ciudad. En ambos casos, a lo más que se ha llegado por parte de estos gobiernos ha sido a una veintena de anuncios de que, de forma inminente, el Ayuntamiento se haría con los terrenos en los que se enclava este monumento y a continuación, se desarrollaría un proyecto de recuperación. Nunca se ha materializado.

El Colectivo Ecologista TURCÓN, como cada año, y en esta ocasión acompañado de DEPACA, ha convocado una nueva cita para que no se derrumben en nuestra memoria Los Picachos y exigiendo su reconstrucción, protección y rehabilitación. El rescate de estos restos es un objetivo que asumo, en un proyecto que se integre en la zona y que debe tener continuidad con otros restos arqueológicos y etnográficos que se diseminan a lo largo y ancho de Telde.

Por otra parte, en estos primeros días de febrero también se celebra el segundo aniversario de TELDEACTUALIDAD, noticiario digital de nuestra ciudad que está cumpliendo un relevante papel de cohesión social, intercambio de ideas y opiniones, que hace posible disponer de información de primera mano y conocimiento de aspectos históricos, sociales, y deportivos de nuestra ciudad. Todo ello en la red de redes que permite, ya no solo que quienes aquí residimos y convivimos estemos al día, sino que aquellas personas ligadas con nuestra ciudad lo estén con nosotros al instante en cualquier parte del mundo.

Es sin duda una iniciativa que ya está consolidada, que con el impulso de un equipo liderado por Carmelo Ojeda y Antonio Alemán, está permitiendo realizar algo así como un periódico participativo, por tanto, un elemento cívico de profundización en la democracia real.

Hoy merece una felicitación TELDEACTUALIDAD por sus dos años, aunque, por la cantidad de acontecimientos de los que ha sido testigo a lo largo de estos 732 días, a veces tenemos la impresión de ya lleva muchos más años entre nosotros. Felicidades.

El jueves pasado, el 92 por ciento de la Asamblea Local del PSC-PSOE respaldó la lista electoral que como candidato propuse. Justo antes, había sido aprobada unánimemente por la Comisión Ejecutiva Local. Confieso que tan alto respaldo en ámbitos en los que se ejerce la democracia, con la consiguiente posibilidad de coincidir o discrepar y poder manifestarlo, supuso una gran satisfacción.

Pero mi mayor satisfacción no fue sacar adelante por tan abrumadora mayoría la lista propuesta. La mayor satisfacción está en la propia lista.

Primero, porque más que una lista es un equipo. Está equilibrado en cuanto a presencia de sexos. Lo componen personas cualificadas para llevar adelante la gestión municipal, sabiendo lo que tienen entre manos. Hay personas con experiencia política, incluso de gestión pública, pero también hay una corriente de aire fresco que aportan quienes se incorporan al mundo de la política después de ejercer como ciudadanos y ciudadanas. La presencia de jóvenes merece una atención especial, por cuanto se trata además de personas que ya se vienen interesando por la vida pública y aportando además propuestas que ayuden a mejorar, no sólo la situación de su generación, sino la sociedad en su conjunto.

La relación de la mayoría de los componentes de esta lista con colectivos vecinales, educativos, culturales, sindicales y de defensa de niños y niñas, retrata a un equipo que está empeñado en la transformación social en distintos ámbitos. Después de mayo, con seguridad, tendrán la posibilidad de hacerlo desde el Ayuntamiento.

Pero de lo que no me cabe duda es de que este equipo representa con bastante fidelidad lo que hoy es el panorama social de Telde: gente diversa, entusiasta a pesar de la que está cayendo, preparada y comprometida.

Por eso me siento formando parte de un equipo que no sólo está preparado para gobernar, sino que también está en condiciones de ilusionar.

Es la aspiración de cualquier ser humano y lo que cualquier ciudadana o ciudadano demanda para sí y los suyos. Son las cosas que cualquiera desea encontrar en el lugar en el que vive.

Justo eso es lo que, megáfono en mano, reivindicaba una activa Mensa en la manifestación que contra la instalación de una nueva antena de telefonía móvil, recorría con cientos de vecinas y vecinos las calles de Ejido el pasado sábado. Una manifestación más en este barrio que se une a las que ya se han producido en Playa del Hombre, Jinámar, Clavellinas, La Garita… en tantos lugares de nuestro municipio y que exigen que haya cuanto antes una ordenanza que regule la instalación de estas antenas, sobretodo, garantizando que no se haga en las zonas de residencia o en las inmediaciones de lugares públicos (colegios, parques, iglesias, locales…).

Salud y seguridad, y la tranquilidad de que las instituciones no permiten que nadie haga nada que ponga las dos primeras en peligro, son demandas justas. Los casos de enfermedades de distinto tipo, en muchas ocasiones con resultado de muerte, que suelen abundar en las inmediaciones de estas antenas, han hecho saltar las alarmas desde hace tiempo. Ya no es sólo el sufrimiento que va aparejado a la enfermedad de uno mismo o de un familiar, sino la intranquilidad que se vuelve angustia al temer que las posibles radiaciones de la que hablan los expertos acaben afectando a alguien de los tuyos.

Es cierto que hoy sería incomprensible nuestra sociedad sin el uso de los teléfonos móviles. Es cierto también que para que puedan usarse y que no haya zonas sin cobertura es preciso la existencia de estas antenas. Pero también es cierto que por encima de todo eso está la vida, la salud y la tranquilidad de que ninguna de las dos sea pasto del progreso.

En Telde hace ya cuatro años que, como portavoz del PSC-PSOE y aún en el mandato de CC, presenté una moción solicitando que el Ayuntamiento se dotara de una ordenanza que regulara la instalación de estas antenas. Por unanimidad, hablamos de febrero de 2003, se aprobó inicialmente esa ordenanza. Luego vinieron las elecciones y esa ordenanza no vio más la luz en su trámite de aprobación definitiva. Hace algunos meses fue CC quien presentó nuevamente una moción solicitando tal regulación. Otra vez aprobación unánime, pero seguimos en las mismas. Está claro que a los partidos que gobiernan en Telde ahora no les ha inquietado en lo más mínimo este asunto y han dejado que pasara el tiempo. Por tanto, regular mediante la preceptiva ordenanza la instalación de las antenas de telefonía móvil va a ser una de mis prioridades a partir de mayo, de tal forma que pueda garantizarse que no se instalen antenas en los núcleos urbanos ni cerca de zonas de uso ciudadano.

Pero más allá de esta regulación, creo que la movilización ciudadana en relación con este asunto tiene un mensaje que debe llegar alto y claro a las todopoderosas operadoras de telefonía móvil: hay que gastar en investigación para reducir a cero los efectos sobre la salud de las personas de estas nuevas tecnologías tanto o más de lo que se invierte cada año en hacer los teléfonos más chipiritifláuticos. Es cuestión de prioridades.

Mientras tanto, seguiremos apoyando las movilizaciones vecinales, que deben ir acompañadas de información y sensibilización para que entendamos que el problema existe y que nos afecta a todos y a todas.

Cuando hicimos un repaso a la gestión del presupuesto de 2006 que realizó el gobierno municipal de Telde, un dato vino a reflejar qué poca atención dedicó a los más de 25 mil personas que entre 14 y 30 años viven en esta ciudad. El dato es el que se refiere a lo que el gobierno se gastó en políticas de juventud: no llegó a los 226 mil euros (unos 37 millones y medio de las antiguas pesetas). O lo que es lo mismo, el gobierno no gastó ni diez euros por cada joven de esta ciudad en acciones para mejorar sus condiciones de vida.

Si hacemos un repaso por algunas de las cuestiones que más preocupan a los jóvenes, vemos como ya no sólo no hay viviendas específicas para jóvenes, adaptadas a sus necesidades y posibilidades, es que no hay vivienda pública para nadie.

Quienes residen en barrios más alejados del casco, tienen problemas para trasladarse a otros lugares porque tampoco ha mejorado nada el transporte público.

Telde sigue soportando la tasa de paro más alta entre las ciudades de más de 50.000 habitantes de toda España y entre quienes buscan un trabajo, un 16% son jóvenes menores de 25 años, mientras que en el resto de Canarias, este grupo es un 11 por ciento.

Y si de zonas de ocio se trata, aún está como un fantasmagórico castillo en ruinas la parcela en la que se iba a levantar el emblemático proyecto del concejal Reyes en la zona de La Mareta, un solar cuyas vallas se caen.

Estos son sólo algunos de los temas que señalan a simple vista el descuido de una ciudad por su gente, por las personas que se van incorporando a la sociedad y que por tanto tienen más necesidades que recursos.

En los nuevos tiempos que están por llegar nos debemos tomar en serio a los jóvenes, atendiendo a sus necesidades y haciendo posible que desarrollen sus potencialidades. Eso hay que hacerlo poniendo medios, atendiendo a los problemas, pero también escuchándolos, propiciando que se incluyan y participen en la vida política y social en las formas que elijan. Es decir, hay que contar con los jóvenes y no contarles la película.

El recién elegido alcalde, gracias al voto de dos concejalas imputadas en el caso Faycán, está tratando de lanzar un mensaje de apertura, de que cuenta con todos los partidos políticos en este nuevo tránsito del viejo gobierno.

Aunque se calla otras cosas muy importantes, ofrece a los grupos políticos la celebración de la Junta de Portavoces cada lunes, en lugar de la previa a los plenos y deja ver, sin hacerla real, la posibilidad de que también asistan como invitados a la Junta de Gobierno. Pero hay una condición que no es menor, la de que en estos derechos, que son exclusivamente políticos y que dependen exclusivamente de la voluntad del alcalde, incluye a dos personas que no representan a ningún partido político, que no representan a nadie, que han sido expulsadas de sus respectivos grupos (PP y AFV-.CIUCA) y que se encuentran imputadas el la operación Faycán.

Con este gesto, hay un primer insulto que el alcalde profiere a los partidos que están en la Corporación, pero fundamentalmente a sus votantes, que se ven equiparados a dos concejalas presuntamente corruptas.

Pero hay otro asunto que refleja la hipocresía de Rajoy, Acebes o Soria cuando tanto dicen de que “a la corrupción tolerancia cero”. Y es que, al tratar con la normalidad, a dos personas tan señaladas por su presunta participación en la trama de corrupción, está el alcalde del PP dejando claro que sí que toleran bien la corrupción, que no sólo les pide el voto para hacerse con la alcaldía, sino que una vez allí les otorga derechos de los que no han disfrutado desde mayo.

Si el alcalde quiere transmitir un mensaje de apertura, tiene que hacerlo con las fuerzas políticas que están en la Corporación, pero a la vez usando todos los mecanismos que la ley le otorga, que son bastantes, para no dar normalidad a lo que es una aberración: que asesoren al alcalde y controlen al gobierno quienes el juez imputa por graves delitos por el cobro de comisiones ilegales.

Desde luego, el PSC-PSOE no va a participar en confusión de ningún tipo. Estaremos allí donde se quiera contar con nosotros, pero siempre en el lado opuesto de personas que tienen relación con la corrupción y que sus propios grupos han expulsado. Pero de ninguna manera seremos cómplices de la patada a la decencia que significa que se como normal y hasta como bueno que el alcalde invite a la Junta de Portavoces o a la Junta de Gobierno a las citadas concejalas, igualándolas a los representantes de los partidos políticos.

A la corrupción hay que pararle los pies, no ponerle alfombras.

Es lo que deseo. Más aún. Es en lo que me voy a empeñar. En que 2007 sea un buen año, mejor que el que dejamos atrás, tanto en lo personal como en lo colectivo.

Este que hoy se cierra tiene cosas de las que sentirnos satisfechos. Pero también asuntos my descorazonadores.

La corrupción del PP y AFV-CIUCA está suponiendo un mazazo a nuestra ciudad y hace saltar definitivamente por los aires el entusiasmo por el cambio que aupó a estos dos partidos al gobierno en mayo de 2003. Ya, desde comienzos del mandato, la ilusión por el cambio se iba tornando en decepción, desasosiego y bochorno, pero conocer a qué se estaban dedicando nuestros gobernantes y que hoy a Telde se le conozca en toda España en relación con la corrupción, ha causado un daño sin precedentes. Lo peor, que los dirigentes del PP no asumen su responsabilidad en estos hechos y continúan vejando a esta ciudad.

El año acaba con otra voladura. La que el terrorismo de eta (la minúscula es a propósito) ha perpetrado contra el proceso de paz. La única responsabilidad de este abominable golpe es de la banda terrorista y de su entorno. Hay que estar, como siempre hemos estado los socialistas, al lado del gobierno, fuera cual fuera su color; solidarizándonos con las víctimas y haciendo un llamamiento a la unidad de las fuerzas políticas democráticas. Quienes pongan dificultades a la esperanza y al deseo de todos los españoles de alcanzar la paz, tendrán que asumir algún día su responsabilidad.

Es posible que estos dos acontecimientos sean los que más destaquen en el dintel de entrada de 2007. Pero creo sinceramente que el que viene es un año que convoca a la esperanza, al optimismo. Estoy convencido de que es así, pero también de que hay que trabajar duro para que ambos, esperanza y optimismo, tomen forma.

En Telde hay que recuperar el entusiasmo por el cambio que anidó en una buena parte de la ciudadanía teldense en mayo de 2003, pero dirigirla hacia opciones sólidas y coherentes, que permitan cambiar bochorno y pesimismo por dignidad y futuro. Hay condiciones y es necesario. Hay que ganar la batalla al desánimo y a la abstención, porque esa es justamente la actitud que quieren los y las corruptas que adopten los ciudadanos y ciudadanas.

En España, el reto sigue siendo vencer al terrorismo. Es posible alcanzar el objetivo, aunque, como tanto repite el presidente Zapatero, esto suponga una lucha larga, dura y difícil.

Pues tanto en el plano personal como en el colectivo, como decía al principio, hay condiciones para superar las dificultades. A todos y a todas les deseo fuerza y suerte para superarlas y hacer de 2007 un año mejor. Feliz año nuevo.

Hoy aprueba el parlamento español la conocida como Ley de Dependencia. Se viene denominando el cuarto pilar del estado del bienestar porque, junto a la Sanidad, la Educación y las Pensiones, viene a recoger un grado mayor de solidaridad de la sociedad con las personas.

Hoy son muchas las personas que por enfermedad, por discapacidad física o psíquica o por edad, dependen de otras para su vida diaria. En general, es un papel que ocupa una mujer de la familia, quien asume el papel de cuidadora. Por tanto, una ley que garantiza que las instituciones públicas asumen también el papel de cuidador, no sólo significa solidaridad hacia las personas dependientes. También con aquellas que dedican parte de su vida, en ocasiones toda ella, a cuidar a un familiar en estas condiciones.

La aprobación de esta ley por una amplia mayoría también significa que la política es útil para el avance de la sociedad. Y esto contrasta con el interés de algunos sectores que están empeñados, con todo el ruido que en los últimos tiempos se está montando en distintos frentes, en hacer de la política una actividad indigna.

En Canarias se calcula que puedan ser algo más de sesenta mil personas las que puedan beneficiarse de los efectos de esta Ley. Según los datos que conozco, en Telde puede ser cerca de 5 mil. Por tanto es una ley de solidaridad que va a servir mucho a mucha gente en nuestro entorno.

Hoy cabe felicitar al Ministerio de Trabajo por haber promovido esta Ley, pero también a las organizaciones que han contribuido a su mejora durante su trámite y a las fuerzas políticas que con sus aportaciones y su voto la harán posible hoy. Merece realmente la felicitación una sociedad que hace, con actos como éste, tangible la solidaridad.

Telde tiene futuro. Es una de las frases tal vez más pronunciadas en los últimos meses, en cada ocasión en que tratamos de reponernos de los sofocos que, periódicamente, nos da la realidad judicial.

Pero no nos engañemos. El futuro en el que cada cual piensa no siempre es coincidente con el resto.

Desde mi punto de vista, y creo que coincidiendo con mucha gente en Telde, es bueno saber cómo hemos llegado hasta aquí para saber cómo salir del entuerto. Ese debe ser el desafío.

El nivel de degradación al que hemos llegado es responsabilidad exclusiva de quienes lo han provocado. Esos son los dirigentes del PP y de esa especie de artilugio electoral-oportunista que es AFV-CIUCA.

Pero hay que recordar que ambos partidos obtienen mayoría para gobernar, incrementando en 2003 su presencia en el Ayuntamiento, al igual que sucedió con el PSC-PSOE, como resultado de una sed de cambio y por el hartazgo que había en Telde con la forma de hacer política de CC (ahora CC, NC y CCN).

Salió mal el cambio. Muy mal. Pero ello no debe hacer olvidar que había que cambiar las cosas en Telde.

Telde tiene futuro por su gente, por sus condiciones y porque cien mil personas que quieren progresar son imparables. Pero, y a la vista está el ejemplo, si ese futuro no está dirigido por personas que no estén condicionadas por el pasado, el intento nos puede llevar a más frustración.

Ahora, cuando decimos que Telde tiene futuro, lo tenemos que hacer sin olvidar el pasado y sin volver al pasado. Ante una situación extrema como la que vivimos, sólo caben cambios radicales que corrijan de verdad el rumbo de lo común, de lo colectivo, de lo que nos pertenece a todos y a todas, que es Telde. El PSC-PSOE y la gente que lo formamos, tenemos ahora la responsabilidad de ser catalizadores del futuro.

Telde tiene futuro, pero tenemos que asumir el reto de que no sea un futuro imperfecto.

Una de las cosas que más se oye después de un escándalo de corrupción como el del gobierno PP-AFV-CIUCA en Telde es el socorrido "todos son iguales". Es una expresión de gente que está hasta el moño, de votantes decepcionados o de quines no quieren pararse un poco más ante el problema.

Cuando lo que representa esa frase va imponiéndose en la calle, se están creando las condiciones adecuadas para desanimar y alejar de la política a cualquier persona honesta que quiere aportar sus conocimientos y su saber hacer a la sociedad desde aquel partido con el que más se identifica. Va dejando por tanto ese espacio a quienes tienen menos escrúpulos y, con una alta dosis de populismo y caradura, se meten en faena. Por tanto, a quien único beneficia que en la conciencia de la gente tome fuerza el "todos son iguales" es a los y las corruptibles.

De lo sucedido en Telde tienen la culpa y la responsabilidad exclusiva quienes lo han hecho y las personas y los responsables políticos del PP que lo han amparado. Las consecuencias sobre la población las tenemos que combatir, no sólo quienes desde el PSC-PSOE o de otros partidos aborrecemos estas prácticas. También los ciudadanos y ciudadanas que no quieren que a la política, a gestionar lo público, vengan sólo quienes quieran aprovecharse de ella.

Por tanto, como creo con firmeza que sociedad la construimos entre todos y todas, en lo referente a la lucha contra la corrupción no sólo hacen falta medidas judiciales o políticas, también de combate contra la indolencia, la tolerancia o el desentendimiento en y desde la calle. Que no somos todos, ni todas, iguales.

Ya es oficial, lo reconoce el primer teniente de alcalde, que el Ayuntamiento está paralizado por una crisis institucional. Eso es algo que los socialistas venimos diciendo desde poco después de que comenzara la operación Faycán y que ya todo el mundo ve y sufre en Telde. Bueno, casi todo el mundo. El único que parece no enterarse es el principal responsable, el Alcalde.

La parálisis de los servicios del Ayuntamiento lo pagan los ciudadanos y ciudadanas en primer lugar. Lo pagan, por no cobrar, los empresarios. Lo sufren los funcionarios y funcionarias. Lo padece la ciudad y lo causa un gobierno que no ha tenido rumbo desde el principio y que hoy está más pendiente de la agenda judicial y de algunos otros “asuntillos” que de los problemas de los ciudadanos y ciudadanas.

Una vez que ya se reconoce el diagnóstico, hay que proponer el remedio, la medicina. Ya he expresado desde hace meses que tanto por la necesidad de que asuman su responsabilidad política por los casos de corrupción que vamos conociendo, como por hacer posible que gobiernen personas que no estén con su atención puesta en los tribunales, sino dedicadas a la gestión municipal, la mejor de las salidas ahora es la dimisión del alcalde y del resto de los miembros del gobierno, dando paso a los siguientes en las listas de PP y AFV-CIUCA para que lleven las riendas hasta mayo.

Pero no asumen esta salida que sería la mejor para Telde. Por tanto, cuando ya están de acuerdo con la mayoría de las ciudadanas y ciudadanos, con los observadores políticos, con los partidos de oposición, con los empresarios… que esto no funciona, alguna salida deben proponer para que la ciudad no siga perdiendo el futuro.

Me temo, no obstante, que no cabe esperar tal cosa de personas que han demostrado que a Telde no lo tienen ni en la cabeza ni en el corazón. Por tanto tocará a la ciudadanía soportar este vía crucis hasta mayo y dar en ese momento la la salida definitiva.